viernes, 26 de septiembre de 2014

Triatlón Olímpico Puerto de Sevilla

Desde hace más de un año me hacía especial ilusión competir en Sevilla, por ser mi tierra, pero por unas cosas o por otras no había tenido la ocasión. Así que tras mi cita del Half de junio (3 año consecutivo haciendo un Half en junio) me enteré que había un olímpico en Sevilla y no lo dudé.

La fecha es bastante buena porque a mediados de septiembre salvo que llueva no hace mucho calor y el agua del río está a una temperatura perfecta para que el neopreno esté prohibido. Sí, sé que voy más rápido con neopreno, pero la sensanción desagradable del agua fría en la cara no es plato de buen gusto. Realmente no pensaba preparar la carrera sino que seguir con la inercia de entrenamientos de base y dos o tres semanas antes meter unas cuantas series a pie que las tenía descuidadas haciendo sólo volumen.

Me desperté con la garganta en tan mal estado que si hubiera sido un día de entrenamiento me lo habría saltado. Primero probé con paracetamol y viendo que no iba bien también ibuprofeno. No es lo que recomiendan pero no había más remedio.

Llegué con suficiente tiempo a la salida, pero como se me había olvidado el chip comenzaron los nervios. Por suerte una chica de la organización me echó una mano y me proporcionó otro. Me fui a calentar y nuevo problema, mi fiel Garmin 310xt con más de 1000 horas de uso se inundó y murió.

El sector de natación
La salida se hacía desde el agua y como aun le estaba dando vueltas a lo del reloj me coloqué fatal en tercera fila y por la parte central, que me iba a garantizar perder un buen grupo.




Eran dos vueltas a un circuito rectangular de boyas de unos 300m de largo y 50m de ancho, me gustó el hecho de ser casi una piscina grande con algo de corriente pero un trazado bastante limpio. Lo malo fueron la cantidad de tortas, patadas y agarrones que recibí al adelantar, algo que nunca me había pasado.

La verdad es que no estoy orgulloso de la natación, salió 29' aunque el más rápido no bajó de 22' así que o las corrientes o el circuito. Aun así fue mi peor puesto de parciales yéndome al 68. Necesito volver a la senda de la natación, con 3km semanales no se va a ningún sitio y hace un par de años nadaba más rápido.

La transición fue bastante larga hasta las bicis teniendo que subir unos 4 metros desde el agua por una rampa. Allí me puse las zapas de montaña, gafas, casco y la bomba, cuyo soporte me había cargado al colgar la bici (segunda pieza rota en el día).



Sector de bicicleta
Esta parte era sin duda a la que más respeto le tenía ya que había un tramo adoquinado que no conocía al formar parte del Puerto de Sevilla y sobre todo que no suelo entrenar en pelotón. Sin embargo al salir del agua aceleré con rabia tratando de cazar al primer pelotón que hubiera delante.

El primer tramo era puramente de adoquines antiguos, con lo cual los saltos eran bastante grandes y al poco de arrancar se cayó un bidón (tercera cosa mal del día). Cacé a un primero y a un segundo que trataron de ponerse a rueda pero como les había cogido tan fácil apreté fuerte y los descolgué todavía en el adoquín. Así seguí tirando hasta que a lo lejos, entrando en el circuito de 4 vueltas vi a mi primera víctima, postura impecable en la bici y un tío grande: candidato perfecto para enganchar la primera rueda.

Cuando llegué a esta víctima rápidamente cazamos a otro, mientras él seguía a mi rueda. Yo tenía la suerte de haber rodado en el circuito el día antes y conocía las curvas cerradas y los puntos de gravilla, así que decidí tirar delante hasta llegar al primer paso por un puente, tras una de tantas rotondas. Allí dejé que me dieran el primer relevo y vimos que lo mejor era seguir los tres.

En la segunda vuelta ya éramos 5 en el grupo, habíamos cazado a uno más lento y a uno que iba solo pero con piernas fuertes que hizo gran parte del trabajo. En las zonas con muchas curvas y rotondas veia que yo iba más seguro al frenar más tarde, trazar más rápido y acelerar antes, tal vez todos esos puertos de montaña me hayan dado más seguridad. Aproveché uno de esos puntos críticos para lanzar un pequeño ataque y descolgar a los dos que iban sin dar relevos, allí se quedaron.

En la última vuelta conseguimos enlazar con un pelotón bastante grande y descansé un poco para probar un pequeño ataque a falta de un cuarto de vuelta rompiendo el grupo y dejándolo en menos unidades. De nuevo al entrar en los adoquines me lancé y rompimos el grupo, quedándonos en 2 en la cabeza sin dar relevos pero sufriendo por el adoquín. Un puesto 18 que me dejó muy contento.

Sin embargo fue una lástima no haber tenido Garmin funcionando porque tal vez habría podido controlar los dos últimos ataques rompiendo el grupo y marchándome en solitario. Estoy seguro que habría ganado medio minuto entre la llegada masificada y los giros lentos. Salió a 36.5 km/h que era más o menos lo que esperaba aunque viendo el circuito tan ratonero fue mucho mejor de lo esperado.


La carrera
Aquí sí que me sentía perdido, porque una cosa es ir en bici buscando la mejor estrategia y otra muy distinta es no poder regular a pie. Tal vez habría apretado más en los primeros dos o tres km que me habrían asegurado un par de plazas en la clasificación final, pero iba por sensaciones. Tanto es así que le pregunté a otro corredor el ritmo para apretar o regular, me dijo que 4'28" y desde luego había que apretar.

Por suerte en la primera curva estaba mi familia, mi madre, Ana, Inés y Anita y cuando les oí animarme algo salió dentro de mí y subí el ritmo. Tanto fue así que más o menos salió el parcial en 4' ó 4'05"... Un tiempo muy bueno.

En resumen, espero repetir esta experiencia porque me ha gustado. Lo único fueron los adoquines que yo creo que son los culpables del daño en mi dirección de la bici.

2 comentarios:

  1. Odio las carreras con carreteras en mal estado y peor aún si hay zonas de adoquines.. que manera de maltratar nuestras pobres flaquitas jeje

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  2. y que lo digas... Menos mal que no tenemos empastes que sino también nos los cargamos!

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