viernes, 17 de julio de 2015

La obsesión por el dopaje que se convierte en un arma de doble filo.



El pasado martes, tras la etapa de descanso en el Tour de Francia de 2015, asistimos al golpe de mano que dio Chris Froome a sus rivales. Esa “nueva forma” de montar en bici no es a lo que estamos acostumbrados, mirando continuamente el sensor de potencia, con unos brazos abiertos y extremadamente delgados, un ataque por cadencia, un par de controles eludidos hace un tiempo, un equipo ciclista extremadamente potente, una ecuación de estimación de potencia obtenida de un médico experto en dopaje (Michele Ferrari) y una serie de profesionales del odio y ya tienes montado el circo.

Hagamos un poco de disección sin entrar en si este señor va hasta las cejas o no. Yo tengo bastante claro que con el pasaporte biológico y los nuevos métodos de detección (antes sólo se tenía en cuenta si el hematocrito superaba el 50%) las dosis administradas de sustancias dopantes son menores que las de hace unos años. De hecho ahí están los récords de Pantani para que quien quiera los intente batir.

Los W (vatios) y “la maquinita”

Los vatios no son más que una medida indirecta de un esfuerzo que está haciendo un ciclista y que últimamente se ha popularizado como medida fiable de rendimientos. No es más que medir la potencia que estamos ejerciendo al pedalear. Es exactamente lo mismo que cuando medimos la potencia del motor del coche. A mayor capacidad de potencia más rápido podremos ir.

La famosa maquinita, fabricada por SRM en el caso del equipo Sky no es más que la pantallita que nos va diciendo cuantos vatios vamos aplicando. Es un velocímetro con más funciones, como el pulso, potencia, tiempo, pendiente, etc.

¿Por qué la mira tanto? Porque Froome se ha estudiado perfectamente cuáles son sus límites y sabe que no es lo mismo estar desarrollando 400w durante 1 minuto que durante horas, así que él mismo regula su esfuerzo con el objetivo de dar el máximo sin pasarse. No es más que otra forma de evitar las famosas “pájaras”.

Una forma de poder comparar lo “buenos que son” a nivel de motor los ciclistas es evaluar la potencia que cada uno es capaz de generar. Sin embargo, cuando la carretera pica hacia arriba no es lo mismo tener un coche de 100 cV y 1000kg que otro de 100 cV y 2000kg, ya que hay que mover el doble de peso y se irá más lento. Así que para poder comparar dicha “bondad” lo que se suele hacer es comparar la potencia por cada kg que pesa el ciclista: w/kg.


La falacia de los W/kg y el dopaje

Últimamente nos bombardean con el falso mito de que todo lo que sea 6 w/kg o por encima es dopaje. Puede ser un signo, pero no es una verdad absoluta. Es como si decimos que todo aquél que baje de 10 segundos en 100m es automáticamente un dopado.

Es más, es que el problema es peor aún, usamos esa regla de tres diabólica para todo. Si en la subida a uno de los famosos muros, que no debe de durar más de 3 minutos, se obtienen 6.5w/kg ya decimos “va hasta las cejas” y si en cambio en una etapa de 250km con 5 puertos obtenemos una media de 5.7w/kg en todos ellos los periodistas dirán que qué loable que va “limpio”, cuando puede que este sí que vaya hasta las cejas.

Para simplificarlo, imaginemos que decimos que todo lo que sea correr una maratón por debajo de 2 horas y 6 minutos es dopaje; luego viene alguien y nos dice que por lo tanto correr por debajo de 3 minutos cada kilómetro (3’/km es a 20 km/h) es dopaje ya que habitualmente lo que se usa para medir tiempos en la carrera es el ritmo por km.

Ahora supongamos que alguien descontextualiza dicha cifra y dice que correr a 3’/km es dopaje y que por lo tanto todo aquél que corra a esa velocidad es un dopado, así que automáticamente cualquier persona que corra una carrera de 100 m lisos por debajo de 18 segundos (un niño de 9 años) ¡es un dopado! ¡A la hoguera!

Ahora supongamos que por el contrario un corredor de ultras de montaña se hace una carrera de 165 km y 10,000m de desnivel, sí, las hay, y se la hace en 8 horas y media. Con esa regla de tres nadie dudaría de su “limpieza”, pero yo os adelanto que lo más probable es que haya hecho parte del recorrido en coche o en un telesilla.

Así que cuando os digan que 6 w/kg son dopaje, enarcad una ceja y preguntadle a vuestro interlocutor ¿durante cuánto tiempo? Porque claro, yo mismo, un paquete del ciclismo, soy capaz de dar 6 w/kg  con más de 10 kg de “lastre” debido a la grasa durante al menos 45 segundos. Es más, si perdiese esa grasa hasta llegar a los porcentajes que se mueven los ciclistas yo pesaría unos 68 kg, que nos daría 410 w y, sinceramente, eso soy capaz de darlo incluso por encima de dos minutos.

Por lo tanto, desarrollar 6 w/kg para alguien que lleva toda la vida en bicicleta y que debe de andar sobre el 6% de grasa corporal no es imposible, es más, estoy seguro de que “limpio” se puede llegar.

La fórmula del Dr. Ferrari

Lo primero es lo primero. La famosa fórmula del doctor Ferrari para estimar la potencia desarrollada por un ciclista realmente la hizo para poder comparar el desempeño de un ciclista en función de las diferentes pendientes. Ya te advierte que es válida para un rango de 5 al 11%. Es la siguiente:

1. Se calcula la VAM, velocidad ascensional media en m/h. No es más que (altura llegada – altura salida)/(tiempo de subida en horas).
2. Se calcula la pendiente (altura final-altura inicial)/(distancia recorrida).
3. Se calcula el factor de pendiente – invento suyo- que es: 2+pendiente*10.
4. Se obtienen los W/kg al dividir VAM/(factor de pendiente * 100).

Pongamos un ejemplo:

-Altura inicial: 100m
-Altura final: 1500m
-Tiempo: 50 minutos = 0.8333 horas
-VAM: 1400/0.8333 = 1680 m/h
-Distancia recorrida: 20 km
-Pendiente: 1400/20000 = 0.07 = 7%
-Factor de pendiente: 2+0.07*10 = 2.7
-Potencia por kg: 1680/(2.7*100) = 6.22 w/kg

Sin embargo, esta fórmula como habréis podido observar tiene muchos fallos:

-Si el asfalto está muy rugoso o roto aumenta la resistencia al rodar, en cambio si está nuevo entonces es más fácil rodar. A peor asfalto (incluso lluvia) con la ecuación de Ferrari estaremos obteniendo un valor inferior al real.

-No tiene en cuenta la relación de peso del ciclista vs la bici. Si el ciclista es muy ligero y la bici muy pesada estaremos obteniendo un valor inferior al real, ya que es en base al peso del ciclista.

-No tiene en cuenta los vientos, puedes llevar un viento de cola y conseguirás un tiempo menor o viceversa con un viento de cabeza aumentará el tiempo para el mismo grado de esfuerzo. Por lo tanto con un viento de cara estaremos infravalorando dicho esfuerzo.

-No tiene en cuenta la aerodinámica, no es lo mismo rodar dentro de un grupo donde la resistencia aerodinámica es menor que en solitario. A las velocidades que se mueven ya empieza tener importancia. Por lo tanto rodando en grupo estaremos sobrevalorando el esfuerzo.

-No tiene en cuenta la temperatura y por lo tanto la densidad del aire, cuanta mayor temperatura menor densidad del aire, por lo tanto más fácil avanzar por la resistencia aerodinámica. A altas temperaturas estaremos sobrevalorando el esfuerzo.

-Ídem con la altura, a más altura menos densidad del aire.

-Ídem con la postura del ciclista, más o menos aerodinámica.

Con el ejemplo anterior obtenemos 6.22 w/kg, pero si suponemos condiciones más o menos normales con una ecuación física como ya hemos visto en otras entradas, obtenemos 6.29 w/kg en un ciclista de 70kg y un peso de su equipo de 8kg (casco, bici, ropa). Algo que está muy bien aproximado. Sin embargo, veamos a qué corresponden:

-0.36w/kg a la rodadura, es decir, el esfuerzo de hacer rodar las ruedas por esa superficie.
-5.1w/kg a la pendiente
-0.82w/kg a la resistencia aerodinámica.

Sin embargo, podemos encontrarnos con una serie de circunstancias que varían los resultados manteniendo el resultado de Ferrari sin modificar:

-si el ciclista en vez de pesar 70kg pesa 90kg automáticamente bajamos a 5.98w/kg, si el ciclista pesa 56kg subimos a 6.63w/kg.

-si hay viento de cola de 10km/h (algo complicado ya que las subidas suelen ser en S, así que tiene que ser una subida en la que haya una dirección predominante y con viento) la potencia baja a 5.74w/kg frente a los 6.29. Si es en contra sube hasta 7.11w/kg.

-Si el asfalto está muy rugoso y en muy mal estado y aumenta la resistencia un 50% o llevamos las ruedas deshinchadas nos vamos a 6.47w/kg.

-si va en grupo y la resistencia aerodinámica baja un 30%, nos quedamos en 6.05w/kg.

-si en vez de 20ºC hay 30º baja de 6.29 a 6.25w/kg.

Así que una misma subida si se hace a cola de un grupo, con viento de cola de 10km/h, pesando 90kg con un equipo de 8kg, muy buen asfalto y a 30º podríamos obtener incluso 5.45 w/kg un error del 14%. ¡¡Como si en vez de hacer los 100m en 10 segundos los hubiera hecho en 8.77!!

   
Sobre la postura y la delgadez

He de confesar que cuando quiero mover mucha cadencia (hacer molinillo) en una subida muy inclinada yo también coloco los brazos así. Es algo ridículo, pero te sale sin pensarlo y se te queda cara de tonto al ver a Froome.

Supongo que se debe a que buscas apoyarte en la parte horizontal del manillar lo más alto posible, que a la vez por comodidad quieres tener las manos cerca de las manetas, que además quieres llevar las manos lo más separadas posible para “abrir la caja torácica” y que dado que tienes la bici optimizada para ir inclinado hacia adelante te sientes más cómodo así que con los brazos bajo el pecho donde casi te golpearían contra el estómago. Esto sólo me ocurre cuando trato de aumentar la potencia a base de cadencia y no a base de desarrollo. Es la postura “mantis religiosa”.

Supongo, que tal vez si quieres funcionar a base de desarrollo y baja cadencia la postura natural es la de “escarabajo” como los escaladores colombianos, metiendo “chepazos” y tirando de riñones cuando la pendiente varía bruscamente en una curva.

La delgadez extrema no es más que el reflejo de este deporte, si quieres subir rápido cuanto más delgado seas sin perder masa muscular más w/kg podrás sacar. ¿para qué quieres músculos en el tronco o en los brazos si con ellos no vas a pedalear y más si nunca te pones de pie? Pues eso

Conclusiones

No quiero defender a Froome, tengo la sensación de deja vu de haber visto antes esto como el Festina, el US Postal, el Telekom o el equipo ONCE. Cuando súbitamente los pencos se convierten en pura sangre no hay magia de por medio. Pues eso, que pinta muy mal.

Tengo la sensación de que Nibali no es más que otro talento italiano rápidamente subido a los altares, que Contador llega pasado de forma, que Valverde no es un ciclista de Grandes Vueltas, que Van Garderen no es un corredor top y que Nairo es un gran colombiano, como los de antes. Sí, pero que estos competidores de Froome no son  Lemond, Fignon o Poulidor y que Froome no es Armstrong, Induráin o Merchx.

Sin embargo no me gusta que se convierta en una obsesión, que todo lo que se haga sea fruto del dopaje, de la corrupción y del dinero. Una llegada de tres fugados y que gana el menos fuerte por ser el más listo no es fruto del dopaje, una postura aerodinámica brutal tampoco y una estrategia bien pensada tampoco. Estoy profundamente en contra de las generalizaciones aunque el ciclismo esté suicidándose día a día. Sí, conozco gente limpia que sube a 5 w/kg y que podría hacerlo 5.5 si cuidase su dieta.

Por ello, no me gustaría que los ganadores se convirtieran automáticamente en dopados, sobre todo en el triatlón, donde la ausencia de dinero en larga distancia suele provocar que no se quiera asumir el riesgo. Recordemos que en el triatlón los controles sólo suelen ser a los profesionales y a veces sólo a parte de ellos (los que ganan).

Aviso, no quiero que esto se convierta en un alegato a favor del dopaje, todo el que me conoce sabe que estoy en contra del dopaje y que incluso se lo he afeado a todo aquél con el que me he cruzado. De hecho defiendo sanciones de por vida e inhabilitación para entrenar en el dopaje no accidental (EPO, transfusiones, esteroides, anabolizantes) y sanciones para el dopaje que puede ser debido al desconocimiento (un jarabe para la tos o una crema con cortisona).

De hecho creo firmemente que si estás enfermo no debes de competir, al igual que ocurre con la maquinaria pesada y conductores o con personas con depresión diagnosticada que en el desarrollo de su trabajo deban de usar armas de fuego.

Sin embargo, obviar que en deportes de alta competición como el ciclismo o el atletismo hay una gran presencia de trampa química es pecar de inocentes. Por eso mismo creo que hay que perseguir sin tregua al tramposo ya que ellos perjudican a los honrados.

¿Acaso no hay una sombra de duda sobre Usain Bolt porque sus compañeros jamaicanos han dado positivo y muchos de sus actuales competidores directos han dado positivo previamente? ¿Acaso no hay una sombra de duda sobre Induráin cuando la mayoría de muestras del Tour del 98 dieron positivo por EPO? ¿Acaso no hay una sombra de duda sobre el triatlón cuando en una encuesta del Ironman de Frankfurt más del 15% de participantes declaró usar productos ilegales (ojo hablamos de una gran mayoría de participantes amateurs?

Por eso mismo no destruyamos el deporte convirtiéndolo en una acusación generalizada, sino fomentemos el control, evitemos que los deportistas puedan ir donde la cadena de custodia no esté garantizada, censuremos los TUE y hundamos sin piedad al dopado. No, el dopaje no es una droga recreativa “que una vez probé” es sistemático y no existe el error.

Por último criminalicemos ante los medios y ante los niños los que se dopan. Cuando les mostremos los ídolos también mostrémosles los ídolos caídos y dónde acaban. Mostrémosles los efectos en Pantani y tantos otros y no les enseñemos ejemplos como Toni Colom o Roberto Heras.

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