La suela es sin duda la parte más crítica del calzado ya que es la encargada de transmitir casi todo el esfuerzo, por ello es la que nos va a indicar lo bueno o malo que es. Así, cuanto más rígida sea mejor transmitiremos la pedalada y no sólo eso, sino que protegeremos el pie ante lesiones como la fascitis plantar o el neuroma de Morton. En esa búsqueda de la rigidez tendremos que encontrar, como siempre, un compromiso entre el peso y el grosor, ya que cuanto menos peso y grosor mejor.
Los tipos de suelas:
Las resinas plásticas inyectada en molde son la solución más económica a la hora de construir una suela, son gomas que se fabrican en molde mediante inyección, algo similar al calzado de deporte tradicional o suelas de goma para trekking o calzado de calle. Son relativamente rígidas pero permiten flexibilidad al caminar lo que restringe su uso al MTB ocasional, son baratas y para ganar en rigidez se aumenta el grosor haciendo que sean pesadas y con poca “sensibilidad”. Son una opción recomendable para montar con pedales de plataforma combinados con calas ya que agarran bien sobre la parte dentada al ir sin enganchar o reparte la presión sobre la plataforma al ir con calas. Peso estimado entre 900gr y 1kg.
Compuesto de fibras sintéticas: las poliamidas, cuyo producto más conocido es el “Nylon” o nailon. Una inyección en molde de resinas (generalmente epoxi) y fibras crean una suela rígida y relativamente ligera, aunque debido a los procesos de carga y descarga al pedalear las fibras se van separando de las resinas haciendo que pierda resistencia con relativa facilidad. Además, si el uso es diario envejecerá de forma aún más rápida. Son una buena solución para zapatos de spinning o para el ciclista de fin de semana. Son suelas relativamente gruesas y pesadas, con un envejecimiento aunque no se usen. El peso estimado del conjunto puede bajar a los 700 a 800gr.
Compuesto de fibras sintéticas con fibra de vidrio, es básicamente una evolución del anterior, se añade fibra de vidrio para aumentar la rigidez del conjunto, se puede hacer mediante malla o mediante fibras. Es similar al casco de un barco. Son más ligeras a igualdad de rigidiez que las anteriores y sufren menos degradación con su uso, aunque acaban cediendo con el tiempo. El peso se puede reducir a los 600 a 700 gr.
La Inyección de fibra de carbono es una solución de la industria con el objetivo de ahorrar en costes, pero no se puede controlar el proceso, dando lugar a diferentes densidades de fibra, secados irregulares y un aspecto visual pobre, lo que hace que se le añada un “look” de fibra. No lo encuentro recomendable.
El compuesto de fibra de carbono es sin duda la elección más acertada, tanto si vamos a usarlos a diario como si pretendemos usarlos durante años. Como vimos en el artículo sobre la rigidez, están compuestas de varias capas de fibra de carbono tejida y unida mediante resinas de epoxi, el problema es que a diferencia de las anteriores, no se hace mediante inyección en molde sino que hay que hacerlas a mano colocando las diferentes capas de tejido de carbono. Después de ese proceso se extrae el vacío y luego se inyectan las resinas, obviamente todo este proceso dispara el coste.
Son suelas ligeras, con diferentes grosores según el punto de apoyo y con formas y nervaduras para aumentar la rigidez puntualmente. Permiten perforaciones para ventilar ya que se puede reforzar puntualmente y al tener un ciclo de histéresis poco acusado sufren poco envejecimiento y desprenden poco calor siendo generalmente el upper el causante del cambio de calzado. Su único punto débil son los punzonamientos, algo realmente complicado. El peso ronda desde los 400 hasta los 600 gr dependiendo de los cierres y tacos añadidos a la suela.
El upper
El upper y los cierres ayudan a esa sensación de tranmisión directa de esfuerzos. El upper ha de ser ligero y permeable al vapor de agua, por eso las fibras sintéticas junto a la microfibra son la mejor opción. Sin embargo, podemos tener versiones más centradas en una gran ventilación con grandes zonas con rejilla típicas de verano y otras más cerradas con un tejido con ligera perforación para todo tipo de climas.
Hoy en día ha cobrado mucha importancia el cierre que contribuye a esa sensación de “envolver” el pie sin deformarse es por ello que se usan cierres con ruedas dentadas con cable de Kevlar o micrométricos. Esto se hace para evitar que el tradicional velcro vaya siendo cada vez menos seguro con el uso o la falta de ajuste preciso en los cordones, que los ha restringido a un uso completamente ocasional o para clásicos.
Suela interior
Por último, la suela interior aunque no lo parezca tiene su parte crítica, tiene que ser ventilada pero no ceder con el tiempo, por eso mismo las fibras apelmazadas sin tejer suelen ser el mejor equilibrio. Pensemos que una mala elección de suela interior puede deformarse con el tiempo y perder grosor en los puntos de apoyo, haciendo que el pie baile. En muchos casos hay suelas más cerradas para el invierno y otras más frescas para el verano.
Modelos de Spiuk
Spiuk, consciente de las necesidades de los diferentes usuarios tiene una gama extensa que cubre desde los modelos más básicos con suela de goma como las Linze, Compass o Motiv y otros con suelas de poliamidas.
En
cambio en su gama más alta la opción es la fibra de carbono 16RC, 16MC,
Trivium-C y Pragma; además de sus equivalentes con suela de poliamidas con
fibra de vidrio como son la 16R, 16M, Trivium y las Progeny.
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