Tanto el ciclismo con la carrera a pie se pueden asimilar a una
carrera en coche, así en un coche usamos gasolina para quemarla en el motor y a
través de una transmisión y las ruedas hace que se mueva el coche; en el
ciclismo o en la carrera a pie ocurre exactamente lo mismo.
En el motor quemamos la gasolina donde la mayor parte de la
energía se pierde en forma de calor y por lo tanto hay que disiparlo en el
radiador. En el cuerpo “quemamos” glucosa en las células y también se pierde
mucha energía en forma de calor, siendo nuestra piel el radiador por el que se
disipa con la ayuda del aire y del sudor.
Hay que pensar que en un motor de gasolina el rendimiento puede
ser del 40-45% en cambio en el cuerpo humano está en el 20-25%, eso quiere
decir que de cada 4 a 5 kcal que consumimos hay de 3 a 4 kcal que se van en
forma de calor. Eso es mucho. Por lo tanto es muy importante que prestemos
especial atención a la ropa, los guantes, calcetines y cascos.
Una vez que tenemos claro el motor hay que ver en qué usamos esa
energía. La mayor parte se irá en vencer la resistencia del aire, otra parte en
el rozamiento, tanto mecánico como con nuestro sillín, en la resistencia a la
rodadura, en forma de calor al frenar, en impactos contra el suelo y en
aumentar nuestra velocidad y altura.
Todos tenemos claro que un coche consume más si es poco
aerodinámico, si vamos con las ventanillas abiertas, vamos dando acelerones,
llevamos las ruedas deshinchadas o neumáticos todoterreno o tenemos el maletero
lleno hasta los topes. Igualmente en la bici el peso, la postura más
aerodinámica, llevar la ropa abierta, las ruedas, neumáticos y la mecánica
influyen en la velocidad. También entendemos que si rodamos por una carretera
adoquinada o subimos un puerto de montaña iremos más lentos que por una
perfectamente asfaltada o en llano.
No sólo eso, sino que si pretendemos correr en un circuito con un
todoterreno correremos el riesgo de volcar o si vamos con un deportivo por el
campo lo romperemos, nos quedaremos atascados o derraparemos en una curva.
Igualmente en el ciclismo optamos por una MTB, una bici de carretera o una de
contrarreloj o para correr usaremos zapatos de clavos si vamos a la pista o
unas de trail para la montaña.
Por último está en la comodidad y la ergonomía, si el coche tiene
unos asientos incómodos o no están ajustados para nuestro tamaño tendremos que
parar cada dos por tres, si nos deslumbramos con facilidad sufriremos por el
camino o correremos riesgo de chocarnos. De la misma forma un estudio
biomecánico, unos guantes o unas gafas nos ayudarán a ir más cómodos en una
postura óptima, protegidos o evitarán que nos deslumbremos.
Por lo tanto por un lado está nuestro motor, que son los músculos,
que tendremos que entrenarlos para que en vez de un simple motorcillo de un
ciclomotor tengamos el de un deportivo. Sin embargo, de nada sirve un gran
motor si no sabemos aprovecharlo, así que en las siguientes entradas trataré de
ayudar a encontrar qué puede ayudarnos a ser más rápidos, ir más cómodos o más
seguros.
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