Lo primero que hay que tener en cuenta es hacernos una idea de lo que supone el calor generamos, si nosotros haciendo una hora de ejercicio quemamos 1000 kcal, equivaldrá a tener un radiador en 900w en nuestra piel.
Lo ideal es buscar prendas deportivas de colores claros incluso el blanco, para evitar que además del calor que producimos absorbamos más por la radiación. Es más, estar tapados actúa como bloqueador solar impidiendo las quemaduras solares que aparte del riesgo que suponen nos deshidratan y recalientan.
Si buscamos evitar el calor, sin importarnos la aerodinámica, necesitaremos prendas holgadas que permitan la circulación del aire alrededor de nuestro cuerpo que creen turbulencias arrastrando el sudor. Además, las prendas holgadas reciben la radiación solar calentándose, pero al tener una capa de aire que circula entre la ropa y la piel evita que el calor nos llegue directamente a la piel. Digamos que hace la función de un toldo.
Además tendremos que llevar ropa que facilite la transpiración, es decir, que no impida que el sudor evaporado escape de nuestro cuerpo. Una prenda impermeable hará que nos empapemos al evitar esa transpiración.
El algodón, el lino y los tejidos naturales son muy buenos a la hora de mantenernos frescos, ya que transpiran muy bien. Sin embargo, al ser también muy absorbentes harán que nuestra ropa se empape saturando de humedad el aire entre nuestra piel y la prenda de vestir. Además, al empaparse una prenda aumenta su peso hasta 10 veces.
Las prendas sintéticas basadas en el tejido de poliéster permiten la evaporación y al ser muy poco absorbentes son más frescas. en zonas que exigen que no haya holgura entre el cuerpo y la ropa es recomendable tejer las fibras sintéticas combinadas con fibras elásticas, como la lycra o el elastano. Esto hace que al adaptarse al cuerpo evite rozaduras en partes móviles (como las piernas) y que seamos más aerodinámicos, aunque reduzcamos la capacidad refrigeradora.
Por último, está muy en boga incorporar fibras de carbono ya que es muy ligera y resistente, eso hace que el resto de la tela pueda ser menos tupida ya que sólo ha de cubrir la piel y no aguantar los tirones. Al ser prendas más ligeras, tienen menos capacidad de retener el agua y el calor, lo que hace que transpiren mejor. También cobran importancia los llamados tejidos 3D o tipo malla multicapa, que siguen cubriendo la piel pero con gran canalización de aire, esto lo hace perfecto para ropa con poco movimiento ya que se pueden romper o rozar la piel han de ir muy ajustada, como los maillots ciclistas de colores oscuros donde hay radiación.
Es por eso que en deportes de baja velocidad, donde la influencia aerodinámica no es grande es importante el uso de prendas holgadas y con baja presencia de elastano. Por ejemplo en el tenis, el fútbol y de forma especial en el atletismo de fondo.
En el ciclismo, las fibras elásticas cobran especial importancia en los culottes, debido a que la piel con el sudor y el calor se reblandece, facilitando las rozaduras. Si vamos a practicar contrarreloj o triatlón las prendas han de ser especialmente ajustadas y con cremalleras cortas que facilitan que el tejido se adapte mejor al cuerpo. Hay que tener en cuenta que además estos tejidos suelen ser más aerodinámicos que la propia piel. Es más, si en condiciones de calor la ropa no disipa bien el calor y nos vemos obligados a abrir la cremallera todo nuestro esfuerzo aerodinámico habrá perdido su razón de ser.
Por el contrario en el ciclismo en ruta, de montaña y en MTB, los maillots pueden ser más ventilados, incorporando cremalleras frontales de arriba abajo para poder abrirlas en las subidas donde el aire no es crítico. Es más, últimamente vemos gran presencia del negro en maillots, haciendo que sean microperforados para compensar la radiación.
Además, es recomendable modificar el tipo de acolchado para los culottes. Hoy en día los hay de gel con perforaciones que se adaptan muy bien al cuerpo y reducen las molestas, pero el gel es bastante aislante e impide la transpiración. Así que resulta más recomendable usar culottes con espuma de celda abierta y con fibra de carbono, evitaremos incómodas rozaduras.
Por último, en climas desérticos, con altas temperaturas y ambientes muy secos, acompañados de una ausencia de sombras, cuando el ejercicio físico no es extremo, como caminar, las mejores prendas son las de fibras naturales, de colores claros, holgadas y que cubran nuestro cuerpo. Esto se debe a que el sudor se evaporará, creando un pequeño microclima entre la prenda y la piel, absorberá la humedad haciendo que de nuevo se evapore creando una segunda evaporación del sudor y nos protegerá de la acción de los rayos solares.
En cambio, en climas más tropicales, con una mayor humedad ambiental, generalmente una menor radiación solar debida a la presencia de nubes de tormenta o “ambiente cargado” hace que el uso de poca ropa sea mejor que estar excesivamente tapado, ya que se saturará de sudor la ropa pegándose a nuestro cuerpo y volviéndose incómoda.
Podemos decir que esto mismo ocurre en
ambientes cerrados, donde no circula el aire. Al ir haciendo deporte vamos
acumulando calor y humedad en el ambiente del local y si además le sumamos que
al respirar emitimos gran cantidad de agua al “quemar” la glucosa, el ambiente
será sofocante. Por eso mismo, si podemos entrenar con lo mínimo de ropa, con
un ventilador apuntando a una ventana abierta o en un gran local con aire
acondicionado que seque el ambiente mejor (uno de baja temperatura frente a uno
tipo “inverter”).
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