Simplemente este fue el día en el que decidí cambiar de atleta a triatleta, no quiere decir que deje el objetivo de la Maratón, sino que para llegar a él no me queda más remedio que pasar por el triatlón.
Hoy, después de un tiempo de publicar la entrada me he decido a escribir un detallito. Las razones que me han llevado a este cambio son principalmente dos: lesiones y diversión. Lo que he sufrido con la periostitis ha sido terrible, unos dolores que apenas me dejaban andar, casi pensé que tendría que dejar de correr, entrenaba en la elíptica para evitar perder la forma y metía gimnasio para fortalecer las piernas, volví a nadar y eso me solucionó todos los problemas, de un día para otro.
Como llegaba agosto me tuve que apuntar a otro gimnasio que no era por entrar sino por meses con lo cual empecé a nadar a mediodía y a hacer elíptica por las tardes. Recuperé mi afición por la natación y la bici y poco a poco empecé a soñar con el tri. Tras semanas dándole vueltas me compré la bici de carretera y a la semana surgió la oportunidad de probar en triatlón, un olímpico nada menos y sentí que volaba, que esto me gustaba, que esto sí que era lo mío...
Así que tras meses de aquello aquí me encuentro, a 8 semanas de mi primera media maratón y con esperanzas de bajar de la hora y media. Aquí me encuentro, a 4 meses de mi primer medio Ironman. Aquí me encuentro, bajando día a día mis marcas...
Me ha dado alas y me ha hecho reventar el crono, en 6 meses puedo correr 3km más en una hora y corro menos que entonces.
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