Si lo que buscas es una crónica rápida el mejor resumen es: salvé una mala planificación manteniendo la calma y usando la cabeza. Una natación regular en la que por suerte me ayudó el neopreno nuevo de @sumarpo_official , una bici en mi línea rodando totalmente en solitario la mayoría de la prueba y una carrera a pie sólida y sin alardes.
Si vuelvo la vista atrás a octubre de 2024 este Ironman fue
un fracaso porque no cumplí ninguno de mis dos objetivos planteados: mejorar mi
marca del 2019 y clasificarme para Hawaii.
Ciertamente he sido muy competitivo y estar cerca de las 9
horas justas sería un sueño volviendo la vista atrás al 2021 después del
accidente, me debería de conformar con acabar dignamente. Lo malo, es que eso
ya lo hice en el 2023 donde completamente mareado y dolorido acabé en 10 horas
y media.
Sin embargo, este año quería más que nunca. Es verdad que
empecé fuerte y ya en noviembre y diciembre estaba haciendo 400 km de carrera al
mes con un ritmo promedio de 5’/km con tiradas de hasta 20km. También es verdad
que dejé de lado bastante el gimnasio y aparcada la natación por lo que acabé
siendo un gigante de pies de barro: “too much, too soon”. En una feria en
Alemania en enero mi cadera derecha (glúteo menor) reventó y empezaron los
problemas para sobrevivir, lo conseguí lidiar pero saltó el lado izquierdo y
por último en mayo el derecho de nuevo.
Mi planteamiento de la temporada había sido completamente
bestia, llegar a una carga acumulada (CTL) por encima de 220 y un consumo calórico
diario por encima de las 3500 kCal/día. No tuve en cuenta nada más que la carga
y cuando vinieron los problemas en enero no supe levantar el pie y tomarme las
cosas con calma para llegar bien a Barcelona, sino que intenté sobrevivir para
el Half de Sevilla a comienzos de mayo.
Sí que empecé a meter más horas de piscina y a correr con
ca-cos convertidos en series, lo que me hizo llegar a Sevilla con un mejor
nivel de carrera a pie que el año anterior recortando de 4h39 a 4h12
principalmente por casi 20 minutos en la carrera.
Con la idea de hacer el mejor papel posible en Barcelona y
un poco a la desesperada tras no haber hecho mi mejor resultado en la bici de
Sevilla empecé a trabajar la posición sobre la bici, subí los apoyacodos casi 6
cm y vi que funcionaba así que cambié el manillar entero por uno de carbono con
barras de Profile Design. Como el apoyacodos no era del todo cómodo ya que era
corto y ancho diseñé uno y me lo fabriqué en aluminio. Lo mismo hice con el portabidón
entre los brazos (BTA). Hice las pruebas y vi que iba más rápido y más cómodo.
Aproveché para cambiar el casco, encargar un mono nuevo, unas pantorrilleras y
un portabidón del sillín.
La pena es que no sirvió de nada, hice el panoli.
Llegaba a la carrera con bastante confianza en cuanto a la
distancia, no tenía el cosquilleo de otras veces donde me preguntaba qué
narices hacía allí, esta es mi distancia, siempre saco más de lo que tengo.
Recogí el dorsal de los últimos y fui a dar una vuelta con la bici para probar
que todo iba bien y cuando inflaba la rueda trasera me cargué el obús de la
válvula y, tonto de mí, no tenía repuestos y eso que tendré como 10 en casa.
Compré una cámara nueva y cuando iba de vuelta a arreglarla al coche el
desviador delantero fallaba y no subía la cadena, aunque fuera increíble, el
tornillo de anclaje al cuadro se había ido. Sólo me enfadé por mi mala suerte,
pero nunca me puse nervioso.
Pude salir a probar la bici y me vi muy fuerte y rápido así
que esperaba un buen resultado.
El día de la carrera llegué incluso antes que otras veces para
poder aparcar sin problemas, pero cual fue mi sorpresa que era imposible
aparcar. Después de media hora infructuosa decidí aparcar en una línea amarilla
frente a un garaje de un almacén o taller donde no molestaría a nadie al ser
domingo. Aún así, no perdí la calma, llegué con el tiempo justo para hinchar
las ruedas de la bici, dejar todo en los boxes y tras saltarme un par de vallas
colocarme entre los 100 primeros en la salida.
Salí rápido, nadando bien y con fuerza, el primer 500 se fue
por debajo de 1’40 de ritmo e iba cómodo con el neopreno. Sin embargo, me
confié con el mar de fondo y en vez de luchar para mantener el ritmo di por hecho
que iba contracorriente y que a la vuelta compensaría. Error, perdí un par de
veces unos pies valiosos y me encontré en tierra de nadie. Al final salí del
agua en 1h03, una natación decente, pero más de 3 minutos más lenta de lo que
me esperaba. Encima nos había llovido al nadar y estaba un poco agarrotado por
lo que me costó volver a ponerme el reloj tras la natación.
En la transición torpeé un poco con la visera del casco y
los geles y se me fue algo de tiempo. Corrí para coger la bici y me subí inclinándola
para meter directamente el pie en el zapato. He descubierto que no es la forma
más estética, pero me permite salvar los bidones traseros sin correr riesgos y
de la forma más rápida. Arranqué y callejeando por Calella adelanté a unas 8
personas y justo en la incorporación a la nacional me di cuenta de que no le
había dado al botón del LAP en la transición.
El parcial de la bici se resume en forzar la máquina
tratando de cazar a un pelotón de 10-15 personas que tenía a unos 6 minutos de
distancia haciendo drafting. Fui cazando a bastante gente durante los primeros
40 km, pero el grupo se mantenía a la misma distancia. Es un recorrido de bici
feo, con partes muy ratoneras para llegar a casi 180 km donde se hacen dos
subidas, una de ellas con una bajada muy fea y peligrosa, sobre todo en la
segunda vuelta donde te mezclas con los más lentos. Fui concentrado manteniendo
una cadencia alta y buscando no cebarme, pero poco a poco también perdí la
posición sacando la cabeza como un periscopio y bajando algo de vatios. Tampoco
es que fuera un desastre, pero pasé de 254 a 237w de la primera a la última
hora, es verdad que en la última hora fui levantando el pie.
Sí, fui levantando el pie porque me di cuenta de que no iba
a cazar al grupo que tenía delante y, por otro lado, mantenía un grupo detrás a
un par de minutos que en el último tramo de 40km me iban a cazar. Iban a
relevos. Decidí que les complicaría un poco la llegada a Calella y que iba a
romper el grupo, así que comí bien sobre la bici, recuperé agua y cuando me
cazaron después de Canet apreté en las subidas escapándome y entraron las dudas
entre los que iban.
Yo esperaba encontrarme con un parcial bastante más rápido,
pero bajé a 39,2 km/h, es verdad que hacía un día frío y eso hacía que el aire
estuviera sobre 1.215. Lo que desde luego no me esperaba fue encontrarme que
tenía un rodamiento de la rueda machacado, no creo que fuera algo definitivo,
pero ruedas raro y te da la sensación de ir contra el viento todo el tiempo. No
tengo claro que los “inventos” aerodinámicos hayan funcionado (portabidón sobre
el sillín y no vertical, bidón tras los codos y el mono y pantorrilleras con “turbuladores”)
y tampoco creo que la posición haya sido una gran mejora si luego me la he
cargado. Según dicen los números habré mejorado un 1% gracias a los cambios sin
tener en cuenta el rodamiento. Si el rodamiento realmente provocaba una pérdida
de más de 5w entonces un 3% de mejora. Tampoco es gran cosa.
Llegué a la transición y vi que el parque de bicis estaba
bastante vacío así que pensé que no me había ido mal del todo, que simplemente
eran las horribles condiciones del día. Hice el puesto 29 en la bici, 27 de los
que acabaron y hubo 3 ó 4 que se les fue de las manos el parcial de la bici por
lo que se fueron a casi 4 horas de carrera a pie. Es decir, si fueran esos 5w
de pérdida reales habría hecho el 19, si hubiera metido 265W, los que pensaba
meter antes de verano, me habría ido a 4h25 y el puesto 6 y con los 275w que le
he prometido a mi amigo Willy Sanchi serían 4h22, el tercer parcial de bici.
Sin embargo, como se ve fue un día duro de bici y, creo, que
donde peor lo hice fue en las subidas y en los tramos contra el viento, creo
que el problema está en lo mismo que me ocurre corriendo o nadando, tengo los
umbrales de resistencia aeróbica muy cerca de los de la anaeróbica. Es decir, tengo
un motor con mucho par, pero le falta la capacidad de subir de vueltas y por
eso hay poca potencia máxima y velocidad.
Como siempre, aprendo cosas compitiendo y esta ocasión me
sirvió para beber rápido el agua y tirar la botella ya que los bidones sólo
tenían isotónico y el agua se caía del portabidón.
Bueno, me bajé de la bici encontrándome bien y corriendo por
la transición, dejé la bici y salí con una botella de agua, una bolsa repleta
de geles y un paquete de pañuelos por si acaso. La verdad es que pronto me
encontré bien corriendo y los ejercicios de técnica centrándome en “pisar atrás”
daban sus resultados, los primeros 10 km a 4’36 de ritmo, luego ya fue subiendo
poco a poco. En general el pulso bastante estable rondando los 156 a 153 lo que
tenía entrenado y sufriendo bastante la última vuelta de las tres que eran. Un
sufrimiento agónico donde el dolor de cuádriceps era bastante grande y se me
empezaron a montar algunos dedos de los pies, me quedé sin geles cuando llevaba
unos 35 km y cogí de la organización, una porquería.
He de decir, que siempre me han acompañado los geles de Nutrisport,
a veces con apoyo y otras sin él, pero siempre fueron mi única elección. He
encontrado el equilibrio y creo que llegaría a meter unos 110 g de hidratos por
hora a base de geles. La verdad es que iba pendiente de meter el gel poco antes
de un avituallamiento y allí me cogía entre dos y tres vasos de agua. La
botella la llevé en el mono y la tenía de reserva por si acaso. Al final la
acabé usando para saltarme el penúltimo avituallamiento que estaba masificado y
era peligroso al estar en un giro.
Llegué a la meta tratando de esprintar para entrar sin nadie
y fue una auténtica alegría. Sabía que la carrera se me había ido, pero supe
mantener la compostura y dar el máximo con cabeza. Fui capaz de llevar al cuerpo
en el filo de la navaja durante prácticamente toda la carrera y sólo me
descompuse al final donde tiré de pura casta.
El mono fue bastante cómodo y sólo dio un poco la lata en
los bordes del final del pantalón, se acumulaba la sal casi a la altura de las
rodillas y molestaba, así que opté por remangármelo durante la carrera. Creo
que es más por mi culpa que por el mono aunque quizá sea un poco largo. Tengo
mis dudas con la talla, una vez usado para nadar parece que da de si en la bici,
eso o que lo voy forzando.
Las zapatillas con placa de Decathlon funcionan bastante
bien, aguanté muy entero de gemelos y sóleos. El desgaste de las suelas no ha
sido muy acusado y se pueden usar para otro par de carreras sin problema.
El casco es más cómodo que el LG, no sé si más rápido.
En general estoy bastante contento, pero hay demasiadas
cosas que pulir así que he decidido repetir el año que viene.